ANÁLISIS Y OPINIÓN
OPINIÓN║Domingo 04 de abril de 2020
Por: Hugo Cazco Cevallos.
HOSPITALES ¿TRABAJO PELIGROSO?
El drama mundial que vivimos, la magnitud del desastre, la falta de organización y la corrupción no han logrado vencer la decisión de los trabajadores y profesionales sanitarios, más bien se constituyó en la fuerza motivadora para enfrentar esta pandemia, incluso poniendo en riesgo su propia seguridad y salud para ayudar a los ciudadanos afectados, su única petición a viva voz, ha sido su correcta y necesaria dotación de equipos de protección personal “Epp”.
Los trabajadores sanitarios se enfrentan a diario a lesiones y enfermedades y entre varios de los peligros tenemos el levantamiento de los pacientes, pinchazos, resbalones, tropezones, caídas, además de las bacterias y virus tales como: Hepatitis A, B, C, TTV, VIH, Influenza, Parvovirus, Rubéola, SARS, Varicela, Fiebres hemorrágicas, Norovirus entre otros, como no puede faltar el trabajo de oficina, la atención diaria de los pacientes que a veces son combativos, visitantes y familiares preocupados, esta interacción produce en ellos un alto grado de estrés laboral.
¿Sabías que un hospital es uno de los lugares más peligrosos para trabajar? en el año 2018, el Comité Interinstitucional de Seguridad e Higiene del Trabajo (CISHT) mediante RESOLUCIÓN No. 2018-001, resuelve expedir la clasificación, categorización y niveles de riesgo laboral en materia de seguridad y prevención de riesgos laborales, definiendo a las actividades en casas de salud con un nivel de riesgo laboral alto, en referencia a esta categorización existen datos estadísticos presentados en el año 2011 por la Oficina de Estadísticas Laborales (EEUU) en donde los hospitales registraron 253.700 accidentes y enfermedades relacionados con el trabajo, a razón de 6,8 lesiones y enfermedades relacionadas con el trabajo por cada 100 empleados de tiempo completo.
En fin, esta pandemia a desnudando de cuerpo completo la falta de gestión en materia de seguridad y salud en el trabajo en los hospitales del Ecuador y como resultado de esta irresponsabilidad se ha perdido la vida de profesionales y trabajadores de la salud, que ya se cuentan por varias decenas, el gobierno los denomina héroes (definición de cuento infantil), los trabajadores sanitarios son patriotas con un profundo amor a su país y a su pueblo, demostrando el compromiso incondicional con su Juramento Hipocrático.
En fin, esta pandemia a desnudando de cuerpo completo la falta de gestión en materia de seguridad y salud en el trabajo en los hospitales del Ecuador y como resultado de esta irresponsabilidad se ha perdido la vida de profesionales y trabajadores de la salud, que ya se cuentan por varias decenas, el gobierno los denomina héroes (definición de cuento infantil), los trabajadores sanitarios son patriotas con un profundo amor a su país y a su pueblo, demostrando el compromiso incondicional con su Juramento Hipocrático.
Finalmente, el COVID-19 no convirtió a los hospitales en lugares peligrosos para ir a trabajar siempre lo han sido, el estado y los organismos de control tienen una enorme deuda con aquellos que hoy, entregan su vida por no tener un simple “tapa-boca” para protegerse de este virus, los ciudadanos no olvidaran este sacrificio y exigiremos de manera enérgica mejorar la seguridad de los trabajadores sanitarios, siendo este un derecho ganado a pulso por el esfuerzo y entrega en tiempos de pandemia.
OPINIÓN║Lunes 06 de abril de 2020
Por: Hugo Cazco Cevallos.
El 17 de noviembre del
2019 en la provincia china de Hubei, fue detectado el primer caso del agente
biológico COVID-19, fecha que marca un antes y un después para el mundo, que hasta
ese momento conocíamos, de pronto los seres humanos caían víctimas de un
enemigo invisible el cual no discrimina a niños, mujeres, hombres, jóvenes,
ancianos, empresarios y también infectando a los trabajadores, cabe resaltar que
en Ecuador se detectó el primer caso el 28 de febrero de 2020, que a esa altura
gracias a la prensa, noticieros internacionales, redes sociales era de
conocimiento público en todo el país, los peligros que este “agente biológico” causaba
y sus fatales consecuencias, sin embargo muchos trabajadores continuaron en sus
labores asistiendo a las fábricas, empresas, oficinas y hospitales sin protección
alguna para resguardar su integridad, siendo evidentemente los peligros a los
que se exponían, se plantea entonces la pregunta ¿Los trabajadores ecuatorianos
tienen derecho a un trabajo seguro y saludable?.
Ahora bien, en medio de la emergencia
sanitaria por la que atraviesa el planeta es evidente que los principios en
materia de prevención de riesgos laborales han adquirido especial significado y
relevancia para el estado, las empresas y en especial para aquellas que
desempeñan actividades esenciales, pero lamentablemente nuestro país no cuenta
con legislación actualizada en materia de seguridad y salud en el trabajo que
permita una adecuada protección y que garantice sus derechos y me permito
contarles sobre el REGLAMENTO DE SEGURIDAD Y SALUD DE LOS TRABAJADORES Y
MEJOREAMIENTO DEL MEDIO AMBIENTE DE TRABAJO conocido como el Decreto
Ejecutivo 2393 que apenas tiene 33 años, 4 meses y 20 días vigente contados hasta
la fecha de publicación este artículo.
Si bien es cierto el numeral
5 del artículo 326 de la Constitución Política del Ecuador, dice
que: "Toda persona tendrá derecho a desarrollar sus labores en un
ambiente adecuado y propicio, que garantice su salud, integridad, seguridad,
higiene y bienestar." Pero permítame romper nuevamente sus
corazones y tomare como referencia el libro titulado Acción Civil de Daño Moral
en Accidente Laboral del autor Dr. Marcelo Pazmiño Ballesteros y publicado en
el año 2011 por la Editorial Jurídica del Ecuador que entre unas de sus
conclusiones dice: “La legislación laboral ecuatoriana destinada a
proteger los infortunios laborales está incompleta, por lo tanto, es incapaz de
subsanar integralmente los daños, régimen que no guarda relación de proporción
entre el daño y la reparación, así la acción resarcitoria ordinaria de daño
moral que goza de autonomía es la forma para salvar tales desfases, llenando
vacíos que la ley del trabajo no cubre”
En conclusión, es un
hecho que pasaremos un tiempo importante de nuestras vidas en el trabajo, y si
como usted lo ha leído, sin ningún tipo de garantías legales para quien son el motor
fundamental del desarrollo del país, es el momento de las organizaciones
laborales, organizaciones no gubernamentales, ciudadanos, asociaciones y profesionales
en general, trabajadores autónomos, sectores empresariales y el estado, iniciar
el trabajo en conjunto para qué se cumpla con la Declaración de Seúl sobre Seguridad
y Salud en el Trabajo suscrita en Congreso Mundial sobre Seguridad y Salud en
el Trabajo, OIT /AISS , 2008 que dice: “El derecho a un medio ambiente de
trabajo seguro y saludable debe ser reconocido como un derecho humano
fundamental y que la globalización debe ir acompañada de medidas preventivas para
garantizar la seguridad y salud de todos en el trabajo”
¿De dónde nace la idea de
Quedarse en Casa frente al COVID-19? ¿Qué tan efectivo es usar equipos de
Protección frente al Coronavirus?
Posiblemente te has preguntado
por qué tanta insistencia que las personas evitemos las aglomeraciones, estemos
en casa y no salgamos salvo que sea vitalmente necesario.
¿De dónde nace esta idea y qué tan efectiva
puede ser esta acción? Hoy estamos frente a un riesgo biológico: es decir tú
estás sano, pero tienes la probabilidad de enfermarte por el contacto con
ambientes o personas que estén contaminadas con el virus Covid 19.
Los esfuerzos de todos los
organismos de salud están encaminados a disminuir la probabilidad de
enfermarte. (El riesgo es la probabilidad de que se produzca un daño o
perjuicio cuando una persona entra en contacto con un peligro).
Para disminuir la probabilidad,
se aplica lo que en Seguridad y Salud Ocupacional llamamos Jerarquía de Control
de Riesgos, que son una serie de acciones técnicas sobre el peligro, el
ambiente o las personas y que buscan minimizar o controlar el riesgo. La
jerarquía normalmente está compuesta por una escala de 5 niveles, siendo la
primera la más efectiva y normalmente la más económica, hasta la quinta que es
la menos efectiva y la más costosa.
2. Sustitución: el teletrabajo en vez de ir a la oficina, compras a domicilio en vez de ir supermercado, ir en auto privado en vez de trasporte público, es decir todo lo que se pueda hacer para no tener contacto con zonas de infección o personas enfermas, pero que hacen que las actividades se desarrollen con relativa normalidad.
3. Control de Ingeniería: el alistamiento de zonas, personas infectadas o cuarentena, el distanciamiento de dos metros de las otras personas, el no dar la mano, el evitar las aglomeraciones, la ventilación de ambientes. Es decir, cualquier acción que separe o rediseñe la forma en la que hacías las actividades o modificaciones a los ambientes físicos.
4. Control Administrativo: la implementación de horarios de circulación, que no vaya más de una persona en un auto, pero sobre todo el entrenamiento a las personas en el manejo de bioseguridad y en el uso adecuado de equipos de protección personal o individual (EPP o EPI).
5. Uso de Equipo de Protección Personal o Individual: guantes, gafas, respiradores, mascarillas, overoles o cualquier otro elemento que te proteja.
La mayoría de las personas normalmente piensan que el uso de EPI es lo más efectivo para no infectarse o enfermarse, pero en realidad es lo menos efectivo y también lo más costoso, dado que los EPI’s tienen un porcentaje de inefectividad, fecha de caducidad y en ocasiones algunos EPP´s deben descartarse siguiendo un procedimiento después del estar contaminados.
Esto sumado a que si el EPI usado, no es el adecuado para protegernos del riesgo, la probabilidad de enfermarnos se incrementara. (Un ejemplo de esto es: si estás sano, el usar mascarilla quirúrgica en vez de un respirador certificado, no será efectivo; dado que la mascarilla tiene la finalidad de filtrar las partículas de aire de la persona que usa al ambiente.
Lo que tú deberías usar es un respirador certificado, que tiene la finalidad de filtrar los virus o partículas del ambiente hacia tus pulmones). Adicionalmente, como habíamos comentado la mayoría de personas no poseemos el entrenamiento para el uso adecuado del EPI: colocación, conservación, retiro y desecho del equipo.
Con todos estos antecedentes, el pasear a tus mascotas, permitir que tus hijos jueguen fuera de casa, el salir a ejercitarte en parque o realizar compras de víveres de manera frecuente, incrementara tu probabilidad de enfermarte así uses EPP, lo mejor en estos momentos es seguir las recomendaciones de lavarte las manos, desinfectar los ambientes y sobretodo quedarte en casa.
OPINIÓN║Martes 14 de abril de 2020
¿Estamos preparados para el COVID-19 en el trabajo?
La pandemia no es solamente una emergencia sanitaria, así lo considera el Director General de la OIT, el señor Guy Ryder, quien comenta lo siguiente: “Ya no se trata sólo de una crisis sanitaria mundial, sino también de una importante crisis económica y del mercado laboral que está teniendo un enorme impacto en las personas” Por esta razón, los diversos sectores económicos del país sean públicos o privados, más temprano que tarde deberán comenzar a iniciar labores, siendo fundamental que todos los empleadores planifiquen estrategias preventivas para evitar exponer a los trabajadores, clientes y el público en general al COVID-19 sin duda alguna los empleadores y sus trabajadores que no se han preparado deberán hacerlo con antelación y es ahí que saltan a la palestra las siguientes interrogantes, ¿existe planificación?, ¿existen los recursos suficientes? ¿los trabajadores están adiestrados adecuadamente?, entre otras.
No cabe duda, que los acontecimientos vividos a nivel global por la crisis sanitaria, nos exponen a un futuro incierto, que ha generado la paralización total o parcial de casi 2700 millones de trabajadores, es decir: alrededor del 81 por ciento de la fuerza de trabajo mundial según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT); pero no es menos cierto, que poner en marcha el aparato productivo conllevaría la posibilidad de un nuevo brote si no se toman las medidas preventivas en materia de seguridad y salud en el trabajo muy necesarias para evitarlo. En Ecuador lamentablemente los organismos de control quienes tienen la competencia legal para hacerlo, hasta el momento no se pronuncian de manera oficial así tenemos la Dirección Nacional de Seguridad, Salud en el Trabajo y Gestión Integral de Riesgos del Ministerio del Trabajo “MDT” quien es el RECTOR DE LA PREVENCION DE RIESGOS LABORALES DEL PAIS, además el Seguro General de Riesgos de Trabajo del “IESS” quien tiene el deber de proteger a los afiliados y finalmente la Dirección Nacional de Ambiente y Salud del Ministerio de Salud Pública (MSP), no obstante es público la nefasta gestión en materia de seguridad y salud en el trabajo de este ministerio, y a quedado en evidencia la indefensión de los trabajadores y en espacial de los profesionales y trabajadores de la salud.
¿Estamos preparados para el COVID-19 en el trabajo? La respuesta está en las decisiones del estado ecuatoriano y la pronta actuación de los organismos de control, los retos que conllevan trabajar bajo condiciones pandémicas son prioridad, el compromiso de los empleadores y trabajadores, el rol estelar de los profesionales de la Seguridad y Salud en el Trabajo para identificar los niveles de riesgo en los lugares de trabajo, determinar las medidas de control de ingeniería y administrativas, vigilancia efectiva de la salud, prácticas seguras de trabajo, uso correcto del equipo de protección personal (EPP), buenas prácticas de higiene industrial, serán fundamentales para garantizar la salud del trabajador; en conclusión la seguridad y salud en el trabajo es un derecho humano fundamental, establecido por Naciones Unidas en la Declaración Universal de Derechos Humanos desde el año de 1948 y en la actualidad es un tema de relevancia mundial, y si, todos nos preguntamos.
ANÁLISIS║Martes 14 de abril de 2020
Por: Miguel Romero Salinas
Con seria preocupación he observado en estos días, publicidad de personas y empresas dedicadas a la confección de ropa que ofertan mascarillas o motivan su confección - con telas normales - sin el respaldo de alguna norma o especificación que avale la protección al usarla (certificación).
Esto se vuelve tremendamente peligroso dado que, en un sondeo rápido realizado a amas de casa, profesionales de distintas ramas y personal que entrega productos a domicilio como comida y compras de supermercado, aproximadamente el 95% desconoce la diferencia entre mascarillas y respiradores. Incluso un alto porcentaje desconoce totalmente las características técnicas del equipo que porta o no poseen el entrenamiento apropiado para usar equipos de protección respiratoria: forma adecuada de colocarse los equipos, su cuidado y el mantenimiento de estos. También están presentes los que usado mascarillas, se sienten protegidos al portar este equipo y piensan que con su uso no contraerán el COVID19.
Para apoyarlos a todos ustedes, he diseñado el siguiente cuadro básico en el que se puede apreciar las diferentes características de las mascarillas y respiradores, así como el uso en condiciones normales o actuales:
Definición
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Mascarilla (quirúrgica)
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Respirador
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Normas o certificaciones
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Normalmente deberían contar con la certificación
de la American Society of Testing and Materials (ASTM)
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Cuentan con certificaciones de institutos o cumplen con normas internacionales (OSHA, NIOSH, etc.)
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Función
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Están hechas para evitar que las partículas de saliva y/o mucosidad del usuario contaminen el ambiente o entorno
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Se usan para proteger al usuario de partículas que están en el aire del entorno
de trabajo
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Ajuste
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Normalmente
puede quedar “huecos entre el rostro y la mascarilla
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Se ajustan herméticamente al rostro
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Adicionales
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Normalmente
no incorporan filtro
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Incluyen un filtro con codificación por ejemplo
el famoso N95 o FFP2
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Uso
normal
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Normalmente usado por personal médico o dentistas
en cirugías
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Usadas por personal que labora en áreas que pueden tener contaminación en el ambiente
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Quien debería portar este equipo
actualmente
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Personas que sospechen o tengan
síntomas COVID19
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Personas sanas que ingresan a ambientes
donde podría haber contaminación
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Efectividad frente al COVID19
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Mascarillas quirúrgicas (certificadas)i Efectividad ≥ 95% para capturar
las gotitas de aerosol, que contienen bacterias que pueden emitir el usuario
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Mascarillas autofiltrantes frente a partículas
y aerosoles líquidos (FFP) iiSegún
la eficacia de filtración:
FPP1 para sustancias a toxicas (eficacia de filtración 78% en COVID19)
FPP2 o N95 fluidos nocivos de polvo, humo y aerosoles, con partículas que pueden
ser fibrogénicas (eficacia de filtración
92% en COVID19)
FPP3 venenosos y perjudiciales de polvo,
humo y aerosoles, e incluso podemos incluir agentes patógenos como virus, bacterias y esporas
de hongos oncogénicos
(eficacia de filtración
98% en COVID19)
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Entonces con estos conceptos más claros ¿Qué es lo que realmente deberíamos usar? Si usted sospecha estar enfermo o ya tiene diagnóstico, debe usar mascarillas quirúrgicas certificadas para evitar contagiar a las personas de su entorno, dado que cuando tose o estornuda emite al ambiente gotas que tienen distintos tamaños que pueden llegar a las personas que le rodean (goticulas: iguales o menores a 5 micras; gotas: mayores a 5 micras).
Si usted está sano pero va a tener contacto con ambientes que podrían estar contaminados, debería usar respiradores normados, teniendo presente que ninguno le va a brindar 100% de protección total, sobre todo porqué el riesgo se ve incrementado cuando la persona usa el equipo inadecuado o lo usa me manera incorrecta (ver cuadro).
Si usted está sano pero va a tener contacto con ambientes que podrían estar contaminados, debería usar respiradores normados, teniendo presente que ninguno le va a brindar 100% de protección total, sobre todo porqué el riesgo se ve incrementado cuando la persona usa el equipo inadecuado o lo usa me manera incorrecta (ver cuadro).